Ausência e Permanência

Mente ausente, alma presente.
Estive a perambular por universos de sombra e luz,
Meus universos.... que chegam em versos
Entreguei-me ao olhar do flamboyand amarelo
À angustia de um espaço-tempo incompreendido
E contidoEntreguei-me ao andar do besouro insistente
E o voar das garças contentes
São as graças de um caminhar
São presentes.
Entrego-me a sentimentos aflorados, reprimidos
E exprimidos
Ao dançar das folhas ao vento
Até ao extinto convento
Onde a freira que dança me espera para dançar
E se desespera ao não me ver chegar
Me entrego ao sopro quente de palavras indesejadas
Outras almejadas
Entrego-me ao caminho que escolhi caminhar
O de amar o meu andar
Com você, comigo e com o terceiro de nós
Não sós, Com sóis a iluminar o nosso dançar.

Te doy gracias Señor

Padre Santo, Dios Todopoderoso y eternoporque aunque soy un siervo pecadory sin mérito alguno,has querido alimentarme misericordiosamente con el cuerpo y la sangre de tu hijo Nuestro Señor Jesucristo.
Que esta sagrada comuniónno vaya a ser para mi ocasión de castigo sino causa de perdón y salvación.
Que sea para mi armadura de fe, escudo de buena voluntad;que me libre de todos mis viciosy me ayude a superar mis pasionres desordenadas; que aumente mi caridad y mi paciencia mi obediencia y humildad,y mi capacidad para hacer el bien.
Que sea defensa inexpungablecontra todos mis enemigos,visibles e invisibles;y guía de todos mis impulsos y deseos
Que me una más intimamente a ti, único y verdadero Diosy me conduzca con seguridad al banquete del cielo,donde tu, con tu hijoy el Espíritu Santo, eres luz verdadera,satisfacción cumplidagozo perdurabley felicidad perfecta.
Por Cristo, Nuestro Señor
Amén

Charles de Foucauld!

"Padre mío, me pongo en tus manos;
Padre mío, me confío a ti;
Padre mío, me abandono a ti.
Haz de mi lo que quieras.
Sea lo que sea.
Lo acepto todo con tal que tu voluntad
se cumpla en mí y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Padre.
No deseo más.
Pongo mi alma en tus manos.
Te la doy, Dios mío,
con todo el amor del que soy capaz,
porque te amo.
Porque para mi amarte es darme,
entregarme en tus manos sin medida,
con infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre".

"Meu Pai, eu me abandono em Ti.
Faz de mim o que quiseres
Por tudo o que fizeres de mim.
Eu Te agradeço.
Estou disposto a tudo, aceito tudo.
Contando que a Tua vontade seja feita em mim,
em todas as criaturas.
Nada mais desejo, meu Deus
ponho a minha alma nas Tuas mãos,
entrego-a a Ti, meu Deus,
com todo o amor de meu coração
porque te amo
E é, para mim, uma necessidade de amor
dar-me e entregar-me nas Tuas mãos sem medida,
com infinita confiança
porque Tu és meu Pai. "
(Beatificado dia 13 de novembro)

ORACIÓN DE SAN FRANCISCO ANTE EL CRISTO DE SAN DAMIÁN

"Sumo, glorioso Dios, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y verdadero mandamiento."

El proceso de conversión de San Francisco fue largo, y en él se inserta esta oración. El Señor lo iba conduciendo mediante acontecimientos sucesivos por caminos que Francisco no acababa de entender ni sabía a donde le llevaban. Su gran preocupación era conocer la voluntad de Dios, saber lo que el Altísimo le pedía, y acertar el rumbo que debía emprender, para lo que recurría a la oración. Un día en que paseaba junto a la iglesia de San Damián, llevado del Espíritu entró en ella y se puso a orar fervorosamente ante la imagen del Crucificado, que piadosa y benignamente le habló así: «Francisco, vete, repara mi casa, que, como ves, se viene del todo al suelo». La mayoría de los testimonios de los manuscritos dice que fue entonces cuando Francisco recitó esta oración como respuesta al mandato que acababa de recibir. El contenido de la oración encaja perfectamente en las circunstancias del acontecimiento. Pero es de lo más normal que, en sus largas horas de oración buscando los caminos del Señor, el joven Francisco le pidiera que Su luz disipara sus tinieblas, y que las virtudes y los frutos del Espíritu le permitieran conocer y cumplir, sin demora ni tergiversación, la voluntad de Dios. Ciertamente, esta oración, en su densa brevedad, puede ser la oración de multitud de cristianos.

"Ó meu Deus"

“Ó meu Deus, não estou preocupado com nada; tudo que sei é que quero Te amar. Quero que meu desejo desapareça no Teu. Quero ser um único espírito Contigo. Quero me tornar todos os Teus desejos e pensamentos. Quero viver no centro da Tua Trindade e louvar-Te com as chamas do Teu próprio louvor. Ó meu Deus, sabendo tudo isso, por que me deixas sozinho no meu egoísmo e na minha vaidade e orgulho, em vez de atrair-me para o centro do Teu Amor? Meu Deus, não demora mais para santificar-me e unir-me Contigo, e não demora a viver em mim. E se isso exigir sacrifícios, Tu me darás a coragem para fazer todos os sacrifícios. Tu me consumirás no Teu no próprio imenso amor. Portanto, não teme a minha fraqueza, Ó Deus, pois tu podes fazer tudo. Creio no Teu amor acima de todas as coisas. Esqueci-me de tudo o mais (isso é o que eu gostaria). Vivo para teu amor, se queres somente fazer-me viver assim.”
(Thomas Merton)

"Perdona, Señor, perdona"

"Perdona, Señor, perdona. Mi corazon está impaciente por ti.Busco tu rostro, busco tu cara, por tu nombre, no lo retires de mi para siempre. Lo si y estoy seguro; los que caminana la luz de tu rostro no tropiezan; avanzan seguros y a la luz de tu rostro forman todos los juicios. Estos son los que viven,porque viven conforme leen y entienden en el ejemplar de tu rostro. Señor, no mi atrevo a mirarte de frente para no aturdirme más. Estoy delante de ti como un pobre,un mendigo y un ciego. Tu me ves yo no te veo. Lleno está mi pechode tu deseo; y todo mi yo, lo que soy, lo que puedo, lo que sé e incluso este mismo languidecer y desfalecer en pos de ti, te lo ofresco. Pero no sé dónde te encontraré."
(Meditación 3.3)

Guillermo de San Thierry

O Velho da Montanha

"Ó Senhor, como deve ser alegres e felizes aqueles que, ao considerar a si próprios, não encontram neles nada mesmo de especial. Não somente não chamam a atenção de ninguem, mas agora já não acalentam desejos ou intereses egoístas para chamar atenção para si próprios. Eles não descobrem virtudes e são entristecido por pecados não muito grandes; eles vêem somente sua própria fraqueza pouco notável e o seu nada, mas um nada que está repleto não de si próprios, mas do teu amor, Ó Deus! Eles são pobres em espirito e possuem dentro de si o reino do céu, pois deixaram de ser notáveis para si próprios. Mas neles brilha a luz de Deus e eles mesmos e todos que a vêem, Te glorificam, Ó Deus!"

(Thomas Merton)